Un delirio en mi
cabeza me invade y al despertar
Mi voz acelerada
me aterra más y más.
Pensar que todo era un sueño y llorar
Por no poder aquello
ser tan real;
Vuelvo al mundo,
al ser indistinto que solía ser,
E inhalo el aire frió de aquella tarde,
Que fumiga con su
aroma y me hace estremecer.
El cantar de las
aves y el pardo color de sus alas;
Invaden aquella
tristeza que lento acoge mi alma.
Y un recuerdo que
llega a mi mente;
Indistinto como
siempre me estremece.
Y veo el rojizo y
obscuro bosque lleno de centellas
Y meteoritos de hielo y cristal,
Siento el instinto
de buscar y encontrar aquel sueño;
Aquella verdad, que
en mi mente… Siempre esta.
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